viernes, 29 de noviembre de 2013

Las buenas costumbres y las mentes maliciosas



Advertencia: Cada que escribo, puede ser que inicie con un tema, pero me sucede que al final, ni yo misma se a donde va parar la conclusión, dicho sea esta advertencia para quien desee continuar leyendo, en espera de lo inesperado.

Atte. La autor.


Hoy inicie como cualquier otro día, bueno, no precisamente, definitivamente los viernes son un verdadero martirio, eso de que ya sea el último día de trabajo antes de dos merecidos días de descanso, en fin.

Antes de salir de casa, eche un vistazo a mi Facebook, para ver si había algo interesante en las páginas que estoy inscritas o alguna publicación interesante de mis contactos, cuando me voy dando al sopresa que a una de mis contactos, persona muy apreciada por mi, le había bloqueado su Facebook por haber publicado dos fotos que alteraban "el pundonor y las buenas costumbres” de, al parecer algunos de sus contactos, y que paso? Pues que la reportan y la bloquean, mmmm, lo leí con calma, sólo puse el consabido “me gusta”, y salí pitando para el trabajo.

Sin embargo, el tema se me siguío enredando en la cabeza, como era posible que por dos fotos, o al menos así pareciere, arman tanto pancho, como para pedir que la bloquearan, porque, bueno, quizás tengan “muuuy buenas costumbres” pero cero valor civil y mucho menos respeto por lo que publica otra persona, es más, so no me late lo que esta publicando esa persona, pues me doy de baja de su perfil, y asunto resuelto, claro esta que me refiero a este caso, porque también hay otros que usan los perfiles de facebook para promover la violencia contra la mujer, esto lo supe de muy buena fuente y que inclusive se nos invito a reportar dicho perfil, además de otros más que verdaderamente afectan a terceros o promueven el racismo o la violencia.

En fin, regresome al tema, yo no sé que torcedura mental tiene o tienen los que reportaron dichas fotos, es como si se alteraran por ve la Venus de Milo ´por mostrar su torso desnudo.



o que nos espantáramos por ver la imagen del David  de Miguel Ángel, que miren ustedes que no son ni cuadros ni fotografías, son esculturas, vaya, si vamos a alterarnos con el morbo, en una de esas me van a salir con que a la primera le consiguieron un lindo brasiere deportivo, y al segundo unos boxer, de esos no pegados, para no alborotar una imaginación malsana.



La desnidez humana ha existido por generaciones, y el morbo también, vaya, recuerdo a una amiga comentarme de una fotos "pornográficas" de la época de su abuelo y que, al morir él, descubrieron accidentalmente mi amiga y su hermano, bueno, ellos muertos de risa, porque de pornografía, al menos de la que se conoce en el final del siglo XX, nada que ver.

Ahora bien, también me quede pensando, porque estar en un perfil donde se publica, lo que ell@s creen que es inapropiado, en cuanto a arte visual, es tan basto lo que se puede ver, El nacimiento de venus de Botticelli, que por cierto, un tiempo en son de broma, le pudrieron sus cuadritos negros, para poderlo presentar en el facebook.



Y la más actual que he visto es un cuadro de Patricia Toledo  llamado Lilith,



Mencionen ustedes otras más, las que gusten, y finalmente el gusto por la expresión artistíca puede variar, desde el estilo, el manejo de los colores, los conceptos, desde lo verdaderamente fidedigno a lo que el ojo ve, hasta lo meramente abstracto, tanto que, de verdad, y con todo respeto a los pintores, sólo ellos saben que carambas pintaron.

A lo que me lleva al otro tema que traía rondándome, el respeto, vaya, si no me gusta algo, quizás lo veo, lo checo, aprendo de ello, o al menos me entero que onda (disculpen el lenguaje vulgo), muchas veces me he topado conque, no estoy de acuerdo en como piensa el otro, para mi es como un ejercicio diario, permitirme escuchar hasta el final al otro, más que nada, porque quiero  entender como llego a x o y conclusión de un tema, o una idea que se ha puesto en la mesa, eso me ayuda a darme cuenta que, un sólo punto se puede ver de N maneras, y en muchas ocasiones me he llevado la sorpresa que, por falta de información, mis conceptos, sino están totalmente errados, al menos si un poco equivocados, es como abrir el horizonte. Esto también me lleva a la violencia pasiva, o aparentemente pasiva, porque no mejor preguntar: oye, y a ti que te refleja o que es lo que te gusta de tal o cual imagen, que te provoca, eso es fascinante, al menos para mi, porque una imagen puede ser  tan diferente para todos.

Total, sea este escrito para invitar a que, si una imagen te produce repele o te dan ganas de reportar a una persona, aclaro, no se me malinterprete, estoy hablando de "desnudos", ver que me provoca a mi, que lo primero que quiero hacer es "acusarlos" para que los bloqueen, en todo caso, que es lo que me bloquea a mi para inmediatamente censurar al otro.



Amadis


martes, 26 de noviembre de 2013

Amadis

Cuadro: "Despertando el volcan" (2007) 
de Patricia Toledo (Artista Plástica , Santa Rosa de Copan, Honduras, 1973- )


Es un día común y corriente en la aldea, Amadis está realizando sus tareas comunes, a paso lento, de un tiempo para acá siente como ha disminuido sus movimientos, si bien nunca fue una persona delgada, aún y con su redonda figura lograba moverse con rapidez, dentro de lo que cabe, claro está, en su momento llego a estar en una tribu de curanderos, o más bien, principiantes de curanderos, fue un trabajo fuerte, era entrar en las profundidades del ser, y si bien siempre era la sensación de incertidumbre, cada viaje era alentador, cansado, si, más de una vez la pregunta que le retumbaba en la cabeza era: ¿pero qué necesidad?

Pasaron los años, ella dejo de asistir a esos viajes, estaba cansada, mucho muy cansada.

Pasaron los años, y de repente se vio envuelta en un tremendo temor, de un tiempo para acá dudaba mucho de si estaba realizando lo correcto, sentía que le hacía falta algo, y muy en el fondo sabía que era, le hacía falta volver a buscarse a sí misma, sentía que había perdido brújula, eso por un lado, pero también tuvo que admitir que le gustaba mucho el trabajo que en su momento hacía con aquella tribu de curanderos, le gustaba este “investigar” este entender del ser, pero se preguntaba en muchas ocasiones, en verdad estaré aún a tiempo para hacerlo?

Esta duda la embargaba, porque no era el clásico trabajo de “tómese esta yerbita y ya la hizo”
No.

Era aunque muchos lo dudaran con todo el ser, eran danzas, eran, si era necesario estar a ras de suelo, era dejar que la mente callara y las sensaciones surgieran.

Dice el dicho “el que busca, encuentra”

Y eso fue lo que sucedió, Amadis decidió buscar, buscar nuevamente esa sensación de autoconocimiento, de lucha, de vida.

Había empezado de poco a poco, y cada vez “las aguas eran más profundas”, era retomar esa sensación de saber dónde estaba pisando.

La siguiente propuesta fue ir a lejanas tierras, lejanas para ella, que hacía un buen tiempo que no salía de su hogar, se había vuelto una verdadera ermitaña, su únicas salida eran de la casa al trabajo, del trabajo a la casa, y los fines de semana a casa de sus padres, que de un tiempo para acá se había vuelto el único lugar donde estaba siendo amada y recibida, o al menos ese cuento se lo creyó en momentos de crisis.

Se dice que hay maestros que van y vienen, algunos llegan hacer más que un maestro, son personas que el destino, Dios, o el universo nos vuelven a poner en el camino por que son ellos que de alguna manera logran que otros que vivían en desolación, logren ver que son más allá que un cuerpo humano, son seres espirituales que perdieron su camino en un momento dado.

Ese ser lo conocía como la Master, una persona que a través de los años fue acumulando sabiduría, pero no se quedo con ella, sino que decidió compartirlo con otros seres, entre ellos estaba Amadis, que, para estas alturas había perdido un poc de su seguridad.

Master invito a una nueva experiencia, le llamaba “respiración holotrópica”; Amadis ya había vivido en dos ocasiones esa experiencia, la primera no le dejó muy gratos recuerdos, y sin embargo, en su momento fue a una segunda experiencia, misma que, sintió que no entro con todo, precisamente por el miedo a volverse atascarse en la profundidad del lodo en que tardo un tiempo en salir.

Cuatro de sus compañeras de tribu decidieron ir, le compartieron sus experiencias, pero ella seguía indecisa, “y si me vuelvo atascar?”

Por fin, tomo la decisión que las vida no puede estarse evadiendo cuando por algo se presentan cosas en la vida para cambiar la rutina y la cantaleta de: yo no puedo.

Surgió un viaje más, no lo pensó y dijo que si, ya tenía todo planeado, todo organizado, dejaría su refugio unos días, pero no pasaría nada, esta vez saldría de su ostracismo.

Llevaba días ocn mucha tristeza, con una sensación de estar inadecuada, fue cuando se pregunto: y sí de plano me voy hasta el fondo? En una de esas, hasta me impulso.

Estaba ya convencida de ir a esa nueva aventura, pero  Master informo que en donde se tenía planeada la experiencia se había cancelado, pero que había otra opción ir esa misma semana a otro lugar donde iba a llevar a cabo la ceremonia de repsiración, sólo dos estábamos en la lista, una niña traviesa, con una sonrisa eterna, al menos pocas han sido las ocasiones que la ve en la lona, y ell
a.
De momento Amadis sólo contestó que tenía que organizarse, pero conforme paso la semana llego a su corazón la firme convicción de ahora o nunca.

Esta fue su experiencia…

Primer día y nos presentan con el resto de la tribu, todos con sensación de “vamos con todo”, yo no puedo dejar de pensar en que iba a llegar un momento que, aunque quisiera no iba poder llevar el ritmo de los demás, me siento muy limitada teniendo que sentarme en la silla, no me siento con tanto arraigo, y sin embargo, tampoco me atrevo a sentarme en el piso, no sé si mis rodillas puedan responder rápido en un momento dado..

Comenzamos con una respiración de Osho, si sí la puedo hacer, me he percatado que, si la llevo como es, sin pensarlo y sólo dejando sentir mi cuerpo, no llego a lastimarme, si me siento de repente como que mi pierna derecha protesta, pero sigo, cuando llego al chakra del corazón quiero vomitar, con el de la garganta quiero llorar, va la segunda ronda, va repetida la sensación, termino, me siento, y me viene ese alud de llanto, llanto añejo, llanto de miedo, llanto atorado hace años de infancia, en la que debía consolarme sola y rápido, porque como me podrían consolar si estaba castigada… surge el rostro de mi abuela materna, surge su sonrisa, y ese guiño que para mí era como una cómplice en mi vida, quizás no la veía seguido, pero era como aire fresco en mi vida de infancia.

Termino el ejercicio, me quedo con esta sensación de que está permitido llorar, que mi abuela me dio el permiso, que no pasa nada. Nos vamos a descansar, pero mi corazón está a mil, no puedo dormir, salen un poco más de lágrimas, pero estas ya son como un descanso.

Llega el momento,, no lleva mi compañero, de repente veo a la niña rubia a mi lado…
-       
   Nos acompañamos

-          Órale, va


Como lo viví…

Voy en la orilla del mar, todo es apacible, estoy, aparentemente nadando, todo es tranquilo, todo es en calma, voy encima de una tabla, de repente empieza el mar a picarse, me siento que me está ganando el mar, me avienta, me abraza, me vuelve a aventar, no sé qué hacer, e repente somos tres en un mar embravecido, veo que una está en total desesperación, otra más esta sosteniéndola, debemos permanecer sobre la tabla, de ello depende muchas cosas, el mar sigue aventándonos, una de ellas sigue queriendo lanzarse fuera de un refugio seguro, no sé de donde tomarla, no sé si tenga la fuerza, es más no sé si realmente podre moverme más allá de lo que creo puedo hacer…

Nos avienta, nos revuelca, no se calma, y vuelve a aventar yo no sé qué más hacer sino cuidar a mi compañera, pero ya no puedo, me están doliendo los brazos, me sorprendo subiendo y bajando ,moviendo a su ritmo para que no se lastime, pero a la vez con miedo de revivir un golpe, mi codo me duele mi codo, pero no debo soltarla, no, no es ella, soy yo, no puedo dejarme llevar por la desesperación, en un momento dado ella grita, yo grito, y sólo quisiera decir, calma, todo va pasar, todo va estar bien,…no sé cuánto tiempo ha pasado, sólo sé que son como olas embravecidas, que si acaso dejan un poco de espacio para jalar aire, si, al fin, llegue a la orilla, estoy cansada, agotada, siento que los brazos se me caen, sigo impresionada de haber salido de ahí, se oye una música como de fuerza, es una voz grave, y luego una voz muy delgada, entre lo masculino y lo femenino, supongo que la sensación que tengo es la misma que siente un naufrago cuando llega a tierra, siento que la música me envuelve y me arrulla.

Pero esto aún no ha terminado, viene lo más difícil para mí, la guerra entre la razón y la sensación.


Oigo la música, debo cubrirme, me siento como Sinuhe, con expectativas, metiendo cabeza, para ver si veo algo, me enconcho, se que si cierro los ojos mi mente se apaga un poco y no está al pendiente de lo que ve, debo enfocarme en mis demás sentidos, me empieza a doler la cabeza, me enconcho aún más oigo críticas, oigo que no voy a poder, que no haga lo que sienta porque es fingido, me canso de estar peleando conmigo misma, me harta, llega un momento que sólo atino a decir, ya me canse de existir, ya me canse de pelear por ser lo correcto, ya no quiero…

De repente se oyen tambores, tengo deseos de danzar, pero el espacio es muy reducido, me visualizo como un guerrero africano, escondido en una cueva, muy poco espacio, debo de aprovechar el poco movimiento que me permite ese espacio, sigo escuchando “no puedes”


Siguen los tambores, sigo enfocándome en mi cuerpo, siento que alguien se acerca, si es la voz que sigue recriminándome mis errores, debo acabarla, debo callarla, dejo que se acerque un poco, me arrastro, la siento, comienzo a pegar de a poco, pero debo callarla, debo acabarla, doy uno, dos, tres golpes, mi corazón late con fuerza, me duelen los brazos me suelto a llorar, me siento cansada pero debo seguir, en ese detenerme, siento que se abalanza aún más las recriminaciones, siento que me están apaleando, me pegan, me recriminan, siento que me ahogo, me acomodo de tal forma que me hago a un lado, sin embargo sigo sintiendo el ahogo, abro los ojos, no veo a nadie, debo de esconderme y recuperarme, tratar de no caer, me recuesto, espero, espero el momento para volver a defenderme doy otros golpes, no sé si al fin termine, pero me gana el dolor de mi hombro izquierdo, me recuesto boca arriba, siento que ya lo que podía hacer lo hice, ya no me quiero mover, me canse, oigo nuevamente música al fondo esta vez es como de un arrullo, debo buscar un refugio, debo sentarme, me pesco de algo, me arrullo, me consuelo, sé que esto no termina aquí, debo descansar, si bien luche, no sé si logre acallar del todo al verdugo, no sé si en las noches volveré a tener esas pesadillas donde demonios me persoguen, ojalá y no…

Amadis


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Por escribir algo


Y que me gusta de las bibliotecas?

Muchas cosas puedo decir, es emocionante como puedes encontrar verdaderos tesoros en tantas y tantas páginas, como puedes llevarte sorpresas tan agradables de pequeños folletos, muchas veces es como el universo del ser humano, supongo yo que por algo el dicho  "no te dejes llevar por su portada"

Puede uno encontrar un conocimiento infinito, pero hay un soporte documental que más que dar datos y más datos, y perdonen ustedes la cursilería, dan emociones, dan pasiones, y eso es la partitura,.

Quizás el puro papel, con notas, una delante de otra, parecieran sólo símbolos, pero no, si cuenta uno con la suerte de oir ya en sonidos todos esos símbolos, puede uno llegar a ciertos sentimientos en éxtasis, supongo yo que... no, no lo supongo, me siento afortunada por trabajar en una biblioteca musical, porque  no sólo veo datos, fechas, técnicas, sino cuento con la fortuna de ver y sentir esta expresión tan especial como es la música, y como será la suerte mía, que también he tenido la fortuna de ver otras muestras de arte desde otros ojos, no sólo con datos de estudio técnico, porque saben Escuchar a quienes se mencionan y se enrollan en este apasionamiento y descubrimiento de la historia gráfica, es contagioso.

Definitivo, soy afortunada de estar en un lugar de mucha vida :)

PD Que haría si no tuviera miedo? Escribiría con más fluidas lo que me gusta sin miedo  al juicio, escribiría más para mi, que para los otros.

martes, 8 de enero de 2013

Ojos Secos: en la era de la Computació​n

¿Cómo es la condición de “Ojos Secos”?
Es lareducción de la habilidad de los ojos para producir o mantener suficienteslágrimas naturales. Por ello, muchas veces, la condición de “ojos secos”se le puede tratar aplicando gotas elaboradas para su tratamiento.

Causas comunes de “ojos secos”

· Calor
· Aire Acondicionado
· Fumar
· “Cambio de aire”durante los viajes
· Lentes de Contacto
· Uso prolongado de computadoras / pantallas
· Algunos medicamentos
· Manejar vehículos (duranteperiodos largos)
· Cirugía láser (corrección dela vista)

En los Estados Unidos, alrededor del 8% de la población (20-25 millones) se encuentranafectados por la condición de “ojos secos” cuyos síntomas se lespueden describir como:

· Ojos irritados
· Dolor en los glóbulosoculares
· Sensación de tener arena /tierra en los ojos
· Sensibilidad a la luz
· Visión borrosa
· Ojos llorosos
· Incomodidad en el uso delentes de contacto
· Sensación de tener cuerposextraños dentro de los ojos

Libérese delos síntomas de “ojos secos” utilizando gotas lubricantes para losojos con la frecuencia que necesite: aplicarse una gota en cada ojo. Desdeluego, si el uso de gotas lubricantes no es suficiente, no espere a realizarseun examen con un especialista.

Un excelente truco para mejorar el efecto de las gotas lubricantes, es mantenerlas enrefrigeración (parte media del Refri) en su empaque y alejadas de alimentosirritantes.

El Pendulo, Edgar Allan Poe y los sueños

Mi primer contacto con Edgar Allan Poe fue en la secundaria, en segundo de secundaria, el libro a leer era "Narraciones extraordinarias", el día de hoy si me preguntan cuales fueron los cuentos que leí, sólo se me viene a la cabeza uno, "El Pendulo", no sé como, pero creo yo que reescribi ese cuento, en mis sueños quizás, y posteriormente paso a la vida diaria...

Las imagenes vienen a tropel, estoy en un lugar oscuro, tremendamente oscuro, en donde sólo surge aquella expresión de "no ver más allá de mi nariz", estoy en algun lugar de esa oscuridad, me animo a explorar esta habitación, al no ver nada, opto por ir caminando pegada a la pared, pasa el tiempo y pareciera que no logro terminar de llegar a la orilla o alguna esquina, me canso, me desespero, pense que nunca llegaría el fin, comienzo a volverme más perceptiva con mis otros sentidos, es así que de tanto pasar y pasar, caigo en cuenta que estoy en una habitación redonda... redonda y oscura.


Duermo, despierto, duermo y despierto, me desespero, me asfixio, respiro hondo, prefiero no pensar, debo mantenerme serena, el tiempo sigue... cambio algo en el silencio, se oye como si algo se meciera, se oye a lo lejos, por encima de mi, poco a poco va bajando, pero conforme va bajando, va balanceandose aún con más fuerza, por más que intento no logro distinguir ni el tamaño ni la dirección esta tomando... tengo miedo... estare en su camino? Que tan grande es? Hacía donde camino para que no me aplaste?

No me había percatado pero, estoy prácticamente en cuclillas, por aquello de que esa cosa me alcance...

Ahora se oye como si el pendulo empieza a golpear las paredes, primero despacio, cada vez más fuerte, cada vez más cerca de mi....


Al fin, uno de esos golpes logra abrir un boquete en la pared, pequeño, si, pero eso permite que entre un poco de luz, la suficiente para ver que lo que se balancea es una enorme bola de hierro, debo salir de ahí, pero como?

Volteo a todas partes buscando una salida, aprovechando la poca luz que ahora hay... la respiración se me agita, siento como que la bola baja cada vez más rápido, de repente veo una parte más obscura, me acerco, prácticamente arrastrandome hacia esa oscuridad, trato de tocar "la pared", pero no hay pared alguna, es un hoyo, un hoyo a raz del suelo, en mi desesperación comienzo a escurrirme en ese hoyo, es angosto, con trabajos entro, tengo que salir, debo de dalir, no sé en que momento pudiera esa bola pegarme... comienzo a avanzar en ese tunel angosto, de repente me atoro, intento avanzar, pero pareciera que me atasque ahí, lo vuelvo a intentar, algo de mi ropa se atoro, debo seguir intentando, no importa que se desgarre, debo salir de ahí, es agotador, en ocasiones la desesperación me invade, debo recordar respirar, tengo que respirar...

Sigo avanzando, adolorida, si, rasgada, si, pero avanzando, a lo lejos veo una luz, no se a donde llegare, pero pareciera que al fin hay una salida, debo controlarme, tomar tiempo, cada vez estoy más cerca de la salida, mi respiración se agita, el gusto por ver una posible salida hace que el dolor sea lo de menos....

Continuará?

No lo sé, no he vuelto a tener esos sueños, pero supongo que si,

María del Consuelo García Martínez